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Banco Sabadell desembarcó en el mercado británico la pasada primavera con la compra de TSB, una operación que ha completado recientemente por un valor de 2.340 millones de euros. Ahora, la prensa inglesa anuncia que el banco español está interesado en comprar otra entidad británica, el Clydesdale que actualmente es propiedad del National Australian Bank. Habrá que esperar a ver si este rumor se convierte en realidad. Lo que de momento es un hecho es que Sabadell se ha hecho con TSB, que cuenta con 8.600 empleados, 631 sucursales y 4,5 millones de clientes.

En nuestro país, la ‘guerra de los cajeros’ sigue a la orden del día. ING Direct ha intentado unirse al acuerdo promovido por Bankia, Sabadell y la red Euro 6000 para no cobrar comisiones a sus clientes por sacar dinero del cajero; sin embargo, no le han admitido. Al parecer el banco holandés no aportaba cajeros al grupo por lo que su presencia en el acuerdo sólo beneficiaría a sus clientes, pero no a los de las demás entidades. Por su parte, Banco Mediolanum ha anunciado que devolverá a sus clientes la comisión que otros les cobren por usar sus cajeros automáticos.

El pasado mes de julio, el importe de los créditos al consumo de los hogares aumentó un 10% respecto al mes anterior, acercándose a los 2.000 millones de euros, la cifra más elevada desde mayo de 2010. Se convierte en el tercer mes consecutivo en el que el importe de las nuevas operaciones sube, según las cifras publicadas por el Banco de España.

Los expertos siguen haciendo pronósticos sobre cómo trasnscurrirá el cuatrimestre que queda para terminar el año.

A pesar de las relativamente tranquilizadoras declaraciones de Mario Draghi, los analistas creen que la crisis china se dejará notar especialmente. China lleva todo el año perdiendo reservas de divisas y, resumiendo, la situación actual es que China está sobreendeudada, en una posición similar a la que tenían los países periféricos europeos, aunque aún genera superávit por cuenta corriente.

El G20 ha acordado impulsar algunas reformas para estimular el crecimiento global con el objetivo fundamental de evitar una guerra de divisas. Las autoridades de Finanzas de las 20 economías más grandes del mundo confían en que el crecimiento repunte y suban los tipos de interés, al menos en las economías más avanzadas.