Comenzamos la semana refiriéndonos a las últimas noticias sobre fusiones, cierres de oficinas, recortes de personal… Algo que afecta no sólo al sector financiero nacional, si no también a nivel europeo.
Para el BCE existen demasiadas entidades en el Viejo Continente lo que impide la rentabilidad y competitividad del negocio. En los 26 principales bancos europeos trabajan dos millones de personas. Hasta el momento, y desde el inicio de la crisis en 2008, se han suprimido 150.000 puestos de trabajo. Todos los países se ven afectados por esta ola que están sufriendo sobremanera los empleados del ámbito financiero: Alemania, Bélgica, Holanda, Italia… y, por supuesto, España.
Y se avecinan más recortes para los próximos ejercicios. La sangría no parará, al menos, hasta el bienio 2019/2020.
Los avances tecnológicos, que es uno de los retos del sector, se han convertido también en la guadaña de las plantillas. El cambio en el modelo de trabajo está conllevando que sea necesario menos personal, lo que sumado al argumento empresarial de aumentar los márgenes de negocio y la rentabilidad, están sirviendo en bandeja a los bancos medidas de supresión de empleos.
En el caso español, han desaparecido 75.000 puestos de trabajo vía despidos, EREs o prejubilaciones. El último informe de Funcas apunta que, de cara a 2019, cerrarán 3.000 sucursales y se suprimirán 15.000 empleos en el sector financiero español.
Las autoridades económicas apuestan por menos entidades y más fuertes, lo que está empujando a fusiones nacionales y europeas.
En España, entre los candidatos más probables a operaciones de unión destacan Bankia, BMN, Banco Sabadell y Popular.
Los primeros pasos para el proceso de agrupación entre los dos primeros ya han comenzado, aunque no se hará efectiva, a todas luces, antes de 2017. En el caso de Sabadell y Popular, ambas entidades parece que han decidido “darse un tiempo” para estudiar esta posibilidad, a la espera de ver cómo evoluciona la situación económica y si encuentran el escenario propicio para la fusión.