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Bankia podría liberar más de 2.000 millones y dedicarlos a beneficio o a la devolución de las ayudas públicas, pero por el momento parece que no va a liberar este exceso, por lo menos antes del próximo año. La lectura que podemos hacer, es que ya existe una mejoría del sector, pero que se prefiere mantener la cautela y esperar a que la recuperación económica tenga más solidez.

Esta prudencia coincide con la del resto del sector, que ha renunciado a liberar las provisiones dotadas para los préstamos refinanciados, tal y como permite la nueva ley aprobada a fin de año. Además, el sector asegura que el mercado prefiere que las utilicen para completar el saneamiento de balances en vez de para inflar el beneficio.

Por otra parte, hemos conocido que el saldo de activos dudosos de las mayores entidades financieras españolas (Santander, BBVA, Caixabank, Popular, Sabadell y Bankia) se elevó un 20% en comparación con el primer trimestre de 2013, hasta sobrepasar los 129.300 millones de euros. Sólo Bankia redujo sus dudosos.

Si se hace una comparativa con el trimestre anterior, Caixabank se anota la mayor reducción del saldo de dudosos, con 1.352 millones menos a marzo de este año. Le siguen Bankia (773 millones) y BBVA, con 629 millones menos. Los equipos de inspección del Banco de España están finalizando el proceso de revisión de la aplicación de los nuevos criterios sobre refinanciaciones, que persiguen elevar la transparencia sobre la calidad de los activos crediticios.

La morosidad de los créditos concedidos por los bancos, cajas y cooperativas a particulares y empresas se redujeron por segundo mes consecutivo en febrero y se instalaron en el 13,42%.

Asimismo, hemos conocido que la banca pagará menos por los depósitos. Algunas entidades ya los están ofreciendo a un tipo de interés menor. El precio de las nuevas contrataciones podría estar cerca del 1%. En el informe de estabilidad financiera, el Banco de España recomienda la contención de costes en aras de garantizar la viabilidad de las cuentas de resultados ante la caída de los ingresos del negocio típico bancario.