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La noticia que ha marcado la semana ha sido el fallecimiento repentino del presidente del Banco Santander, Emilio Botín a los 79 años de edad. El mundo de la banca y la economía, reseñaba el calado profesional su figura y la importancia que ha tenido su labor para impulsar la banca española en todo el mundo.

Botín convirtió Banco Santander en un grupo financiero global que con ambición comercial y hambre por comprar entidades. Dejó de ser un banco regional para convertirse en un banco mundial llevando el topónimo de una ciudad española a las principales avenidas de países como Estados Unidos o Brasil. El banquero, tomó posesión de la presidencia de la Banco Santander en 1986, cuando el banco no competía en la liga de los grandes bancos nacionales. Botín logró convertir a Banco Santander, no sólo en el primer banco español, sino también en uno de los bancos más importantes del mundo con presencia diversificada en otros ámbitos. Su hija, Ana Patricia Botín, ya ha sido nombrada nueva presidenta del Banco Santander. Una decisión determinada por unanimidad en un consejo de administración celebrado por la entidad. 

Esta semana también ha salido a la luz que Banesco a encargado un informe a KPMG para que le haga una recopilación de todos los inmuebles que tiene la nueva Abanca, algunos de los cuales se sospecha que no están registrados en la cartera del grupo o han sido vendidos a precios por debajo de su valor contable.

Aunque la antigua Novagalicia traspasó a la Sareb 5.100 millones en activos y créditos a promotores, al banco le quedaron más de 6.000 inmuebles. La sospecha de Escotet es que, entre 2012 y finales de 2013, el banco hizo ventas de inmuebles “irregulares”, según fuentes internas de la entidad financiera. Las sospechas se extienden a parte del antiguo equipo directivo surgido de la fusión de las dos cajas de ahorros, que se quedaron con algunas propiedades a precios inferiores a como esos activos estaban contabilizados en el balance de Novagalicia.

El informe de KPMG también va a servir para poner en orden la cartera inmobiliaria que aún posee la nueva Abanca, cuyo valor oscila entre los 600 y los 1.000 millones de euros

Una buena noticia para el sector bancario español. CaixaBank ha conseguido una puntuación de 82 puntos en el Dow Jones Sustainability Index (DJSI), el principal indicador mundial de actuación de las empresas en términos de sostenibilidad. De esta forma, la entidad financiera consolida su presencia en el índice global de sostenibilidad y refuerza su posición entre los bancos más destacados del mundo en materia de responsabilidad corporativa. Los analistas del DJSI han valorado a CaixaBank con el mejor resultado posible (100 puntos) en áreas como estabilidad financiera, lucha contra el blanqueo de capitales y sistema de gestión ambiental.

Por último, un estudio revela que BMN se sitúa, junto con el Santander, BBVA y Bankia, entre las entidades financieras que generan una mayor rentabilidad, es decir, que son capaces de producir resultados por encima del 0,8%. En el extremo opuesto se sitúan entidades como Sabadell y Unicaja, con unos niveles de rentabilidad que oscilan entre el 0,43% y el 0,56%. Estos datos, reflejan que BMN no debe tener problemas para aprobar el examen del Banco Central Europeo sobre el análisis de la situación de las entidades españolas y europeas.