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 1 - Me pueden poner en la “lista” 

Buena razón. Lo malo es que ya estás en la lista. Porque eres muy joven, porque eres mayor, porque cobras mucho o porque cobras poco. Porque cumples los objetivos, o porque no los cumples, o porque estás en la oficina tal, que está al lado de la oficina cual. 

2 -Soy el o la responsable de la oficina.

También es buena. Por eso ya estás en la lista. Cerraran tu oficina o la de al lado, y dejaras de ser responsable. Ya no cumplirás el perfil. Cobras mucho y por ese precio pueden contratar a tres con cinco másteres. 

3 - No quiero enfrentarme a mis compañeros y compañeras. 

No hay problema. En unos meses ya no los tendrás a tu lado. Se habrán ido ellos o te habrás ido tú. Ruleta rusa. La mitad de la plantilla no tendrá que preocuparse de lo que opine la otra mitad. 

4 -El Jefe de Zona preguntará quien secundó la huelga. 

El Jefe de Zona está más cagado que tu: cobra mucho más, y con la reducción de oficinas, no habrá sitio para tanto jefe. Pasamos a aplicar el punto dos. 

5 -Los clientes se enfadaran si no los atiendo. 

Otros muchos te animarán porque añoran el buen hacer y el saber estar de una generación de empleados que eran el orgullo no solo de esta empresa, sino de toda la sociedad. 

6 -Me descontarán de la nómina. 
Cierto. Cuando estés en la cola de INEM te descontarán mucho más. Si tienes miedo que te descuenten cien euros este mes, no te cuento cuando cobres el paro. 

7 -No creo que las algaradas sirvan para nada. 

Ni Luis XVI ni el Zar Alejandro II creían tampoco en ellas. No les valió de mucho. Si prefieres dejar que otros organicen tu futuro, enhorabuena. Por ese motivo te habrán colocado en la lista. La empresa golpea y tu te limitas a encajar la paliza. 

8 -Los sindicatos no nos representan 

Error. Los acuerdos firmados no habrían sido posibles sin unos sindicatos que representan a toda la plantilla y que negocian en nombre de todos los empleados. Acuerdos que, por cierto, han sido razonablemente satisfactorios para cuantos se acogieron voluntariamente a ellos. 

9 -Tengo obligaciones familiares. 

También estas de enhorabuena. Dentro de nada podrás dedicarte en cuerpo y alma a atender esas obligaciones. La empresa te ha puesto en la lista para satisfacer tus deseos. Nunca más tendrás que pedir a nadie que recoja a tus hijos del colegio o que los lleve a la fiesta de carnaval. 

10 -Todo lo que hagamos no valdrá de nada. 

Si estas convencido de eso, hazte un favor y háznoslo a todos: enfrenta lo que crees inevitable y actúa en consecuencia. Déjanos sitio a los que creemos en esta empresa y en nosotros mismos.