300 delegados nos hemos concentrado este lunes en Madrid, frente a las Torres Kio, sede de Bankia en la capital, coincidiendo con la presentación de los resultados de la entidad cuyos beneficios han aumentado un 39% y ha llegado a ganar 1.040 millones en 2015.
Seguimos defendiendo nuestro derecho a tener un Convenio Justo y sin Recortes. El próximo 11 de febrero nos reuniremos de nuevo con la ACARL para plantear una vez más nuestras reivindicaciones a la patronal, que un año después de haber iniciado las conversaciones para actualizar el Convenio sigue sin dar su brazo a torcer; aunque, en el último encuentro, en un pequeño gesto hacia la representación sindical, dijo estar dispuesta a hablar de pequeños porcentajes fijos de revisión salarial para 2017 y 2018. Para eso no llevamos un año negociando… ¡no es suficiente!
Nos oponemos a la jornada partida, la movilidad geográfica forzosa, trabajar más jueves tarde, rebajar el 2% los trienios, a la supresión de pluses y ayudas, y a los ascensos por ‘dedocracia’. En cambio, apostamos por la revisión salarial, el plus convenio, la conciliación, la reducción de los jueves tarde, la promoción objetiva, la antigüedad, la clasificación de oficinas y el reconocimiento de subdirectores y gestores.
A las concentraciones de delegados que han tenido lugar hoy en Madrid, y el pasado viernes en Barcelona, en este caso aprovechando la publicación de los beneficios de CaixaBank, que ha ganado 814 millones en 2015, un 31,4% más que el ejercicio anterior, se sumará una nueva movilización de trabajadores y trabajadoras el próximo 24 de febrero.
Retos de futuro. Mientras seguimos negociando el Convenio que nos merecemos, el sector se enfrenta a tres hitos fundamentales, enumeran los analistas, una vez superada la crisis económica: la baja rentabilidad, la parálisis en el ritmo de crecimiento de las economías emergentes en las que la actividad bancaria está muy expuesta y la corrección de los precios de los activos financieros.
Crisis. Sin embargo, no todos están de acuerdo en que la crisis ha terminado. Más de la mitad de los inversores considera que faltan más de cuatro años para el fin de la crisis. Con esa premisa, la confianza de los inversores españoles descendió en el cuarto trimestre de 2015.
Fusiones. Cada vez son más los expertos que apuntan a que el proceso de fusiones quedará paralizado este año como consecuencia, fundamentalmente, de la situación política española actual. Probablemente, las uniones entre bancos medianos que inicialmente se preveían para este 2016, tendrán que esperar al 2017 o 2018.
En la picota. Los bancos en peores condiciones y, por tanto, más susceptibles a ser adquiridos por otras entidades, según señalan, son Liberbank, Banco Popular y Banco Sabadell.