Tendremos que esperar a la próxima reunión con la ACARL, prevista para el 27 de mayo, para ver si se producen avances en la negociación del convenio colectivo. En el último encuentro, celebrado esta misma semana, no se dio ningún paso adelante y no va a ser fácil llegar a un acuerdo si tenemos en cuenta las propuestas que puso la patronal sobre la mesa.
La ACARL persigue que la distribución de la jornada dependa de cada entidad y desaparezca el concepto de la regulación de horarios del convenio del sector. Y va más allá. Pretende eliminar el complemento de antigüedad y vincular las pagas de beneficios completamente a la obtención de “resultados notablemente positivos” por parte de cada entidad, entre otras medidas para, según ellos, racionalizar el sector.
Lo cierto es que la patronal está convencida de que es la promotora y responsable de la evolución del sector. Sin embargo, nosotros sabemos que las plantillas hemos sido quienes pagamos las consecuencias de los errores de unas direcciones endiosadas; por si eso fuera poco, además, los trabajadores hemos salvado la “cara” del negocio ante los clientes. Las cosas en su sitio.
En la reunión del convenio colectivo, los representantes sindicales nos levantamos de la mesa negociadora como forma de apoyo a los compañeros de Bankia que, durante esta semana, están llevado a cabo una campaña para cumplir a rajatabla su horario, de forma estricta, sin hacer horas extras, para protestar por los “horarios de referencia” que, de forma unilateral, pretende implantar la empresa aprovechando la incertidumbre laboral creada tras años de crisis.
Desde 2008 el número de sucursales bancarias se ha reducido un 30% y se han perdido más de 63.000 empleos. La cuestión es saber si esta tendencia se mantiene o si se ha acabado el ajuste en el sector. Parece que la situación va mejorando. Muy ligeramente, pero algunas entidades van aumentando su plantilla; es el caso de BBVA, Sabadell o Bankinter. Sin embargo, el número de oficinas no parece que vaya a crecer. De hecho, directivos de grandes bancos apuntan a que el proceso de fusiones aún no ha concluido, aunque, en estos momentos, está paralizado a la espera del resultado de las elecciones previstas para este año, entre otros condicionantes.
El Estado sólo ha recuperado el 7% de los más de 55.000 millones inyectados en ayudas a la banca, según las últimas cifras facilitadas por el Banco de España. El FROB confía en poder recuperar aún buena parte de ese importe con la privatización de BFA-Bankia y de BMN.
El catedrático de Economía de la Universidad Pompeu Fabra, José Luis Peydró, señala en una de sus últimas publicaciones que en España hay una dependencia de los bancos mayor que en Estados Unidos, ya que el 80% de las empresas españolas obtienen financiación para sus proyectos a través de préstamos bancarios.
La reducción del crédito y los bajos tipos son dos factores que ponen en riesgo la economía española, según alertan desde Bruselas, así como el alto nivel de desempleo. Un informe del BCE señala que la reestructuración del sector bancario español está progresando bien pero "todavía quedan retos para el sector financiero español”. Mientras, la banca que cotiza en el Ibex gana cien millones por comisiones de fondos y planes de pensiones, que se han convertido en los productos estrella.
Y Banco Santander, CaixaBank y Banco Sabadell trabajan conjuntamente en un fichero para evitar el fraude. Se valoran en 1.000 millones de euros las actividades fraudulentas contra las que se quiere luchar con este nuevo sistema promovido por las tres entidades bancarias junto con otras organizaciones de crédito.