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Las principales entidades financieras españolas están analizando las cuentas de Catalunya Banc y parece ser que acudirán a su subasta en la primera fase. Pero la decisión de pujar por la entidad dependerá, en gran medida, de si el Gobierno decide ofrecer garantías o ayudas que les cubra de un mayor deterioro en el futuro.

Desde el sector se valoran las desinversiones que el banco nacionalizado está acometiendo, así como la venta de créditos problemáticos, aunque los potenciales interesados alertan sobre la incertidumbre de la situación futura de la antigua caja. Las ayudas en anteriores subastas se han articulado a través de Esquemas de Protección de Activos (EPAs), un aval ante potenciales pérdidas no esperadas en la cartera de créditos de la entidad adquirida.

La pasada semana, Catalunya Banc vendió tres carteras de créditos fallidos a Aigon Capital por 1.480 millones. Asimismo, el mercado está pendiente de la venta de una cartera hipotecaria por un importe que oscila los 7.000 millones de euros brutos. El Gobierno, a través del FROB, contempla la posibilidad de ofrecer nuevas "garantías" para incentivar su venta. 

Por otra parte, el próximo miércoles día 30, Unicaja, tomará las riendas de CEISS de forma efectiva. Será en el transcurso de la junta general de accionistas que se celebrará en Madrid y en la cual se procederá a la modificación del actual consejo de administración. Inicialmente, según han señalado fuentes de la entidad malagueña, Unicaja tiene previsto elevar el número de consejeros de la entidad de los cinco actuales hasta los diez. Los primeros cambios en el consejo de administración de Banco CEISS tuvieron lugar el pasado mes de marzo. En ese momento tuvo lugar la entrada de Manuel Azuaga -hasta la fecha consejero delegado de Unicaja- tomando el relevo a Pablo Pérez Robla. Actualmente el consejo de administración del Banco CEISS está integrado por Evaristo del Canto, presidente de la entidad castellano y leonesa, Alejandro Menéndez, Miguel Ángel Álvarez y José Ignacio Sánchez.

En cuanto a los tests de estrés en el sector bancario, parece ser que la banca española sacará “peores notas” de lo esperado. La justificación reside en las provisiones. Aunque la banca española ha hecho un esfuerzo para sanear sus balances, carece de un concepto que sí se aplica en otros países: las llamadas "provisiones colectivas", que cubren las pérdidas no esperadas en el crédito sano. La EBA (Autoridad Bancaria Europea), que diseña los test para el BCE, ha decidido que esas provisiones sí se tengan en cuenta, mientras que la genérica no computará. La consecuencia es que la banca española no tendrá un exceso de provisiones que reduzca sus necesidades de capital pese al enorme esfuerzo realizado durante la crisis.