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La carrera por la puja de Novagalicia Banco sigue dando de qué hablar. La semana comenzaba con la petición por parte de los fondos para que se suavicen las exigencias para hacerse con la entidad. Según manifiestan, se sienten discriminados frente a los bancos españoles, que no se han visto sometidos a dichas exigencias. Por su parte, la banca ha solicitado garantías públicas para comprar NCG. Mientras, el FROB ha instado a que los fondos y los bancos hagan ofertas conjuntas. Pero los bancos se niegan, ya que  entienden que su gran activo es la capacidad de gestión, de la que carecen los fondos, y que, por tanto, no los necesitan. Esta semana estaba previsto que se presentaran las ofertas no vinculantes, probablemente para que coincida con la posible aprobación de las normas fiscales de capital. Una semana más, seguimos asistiendo a continuas especulaciones que desde CSICA consideramos que a lo único que llevan es a descentrar a los empleados de NCG, que lamentablemente están teniendo que pasar por esta situación. 

Además, esta semana desde CSICA se ha presentado una denuncia contra Liberbank ante la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (GDSFP) por "la falta de aportaciones de la entidad a los distintos planes de empleo que coexisten en el Grupo". Dicha suspensión en las aportaciones se ha producido tras el acuerdo laboral "exprés" alcanzado el pasado junio.

Por otra parte, estos días Banco Sabadell cerraba la compra de Banco Gallego, una vez obtenida la autorización pertinente de la Comisión Europea, nombrando un nuevo consejo de administración formado íntegramente por miembros del comité de dirección de la entidad catalana. En el sector bancario también era noticia la elección de José María Roldán como nuevo presidente de la Asociación Española de Banca (AEB). Los cinco principales bancos españoles (Santander, BBVA, Popular, Sabadell y Bankinter) comunicaban la candidatura única para ocupar dicho cargo 

Por último, este miércoles, La Ley de Cajas y Fundaciones Bancarias salía adelante en el Congreso con algún cambio significativo del planteamiento inicial. En concreto, se permite un período transitorio para que las fundaciones bancarias que posean más del 50 % de un banco (La Caixa o Kutxabank) reduzcan su participación por debajo de ese límite en un plazo prolongado de tiempo. A la vez, esto permitirá que esas fundaciones no tengan que constituir de inmediato el fondo de reserva al que les obligará esa reducción en el banco.