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Mientras los políticos dan respuestas desproporcionadas a los ‘escraches’ a los que se están viendo sometidos, permiten que las víctimas de las participaciones preferentes actúen impunemente contra los trabajadores de las entidades que comercializaron esos productos.

Ahí es donde encontramos esa doble de vara de medir. Desde CSICA creemos oportuno recordar que los empleados del sector bancario cumplimos, como profesionales que somos, con las directrices empresariales establecidas, bajo el amparo legal de las autoridades, en un marco de economía financiera que estaba supuestamente vigilado.

El hecho de que los clientes se hayan visto afectados por las preferentes, no implica que los trabajadores tengamos que soportar insultos, presiones e, incluso, agresiones físicas.

Además, se da la circunstancia de que los empleados de las entidades afectadas también somos víctima porque, aproximadamente, el 40% también somos titulares de estos productos así como nuestras familias.

En CSICA reclamamos una respuesta contundente de nuestras autoridades porque es necesario poner orden y cordura ante esta situación.

Consideramos que estamos contemplando el origen de un gravísimo problema si los gobernantes no son capaces de encontrar la mejor y menos traumática solución al conflicto generado por la preferentes.