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Mientras nuestro sector sigue sufriendo los efectos de la crisis que arrastramos desde hace ocho años, los que fueran altos cargos de grandes entidades disfrutan de prejubilaciones millonarias.

De hecho, ocho ex directivos de Banco Santander y BBVA suman en pensiones y otras prestaciones, la friolera de más de 400 millones de euros. Son los conocidos como ‘prejubilados de oro’: Emilio Ybarra, Pedro Luis Uriarte, Ángel Corcóstegui, José María Amusátegui, Alfredo Sáenz, Francisco Luzón, Javier Marín y Ángel Cano.

 
En el otro lado de la moneda, estamos los trabajadores que hemos visto mermadas nuestras condiciones laborales para seguir prestando un servicio adecuado al cliente, en una etapa especialmente dura, que nos ha afectado sobremanera. Y, por supuesto, no podemos olvidarnos de aquellos compañeros que han perdido su puesto de trabajo, que se han visto inmersos en EREs y ERTEs. 

Debemos lamentar la clausura de 4 de cada 10 sucursales en Cataluña, Valencia, Madrid y Aragón. De media, se han cerrado 1 de cada 3 sucursales durante la crisis económica.

Si en 2008 había 46.000 oficinas en España, en 2016 se ha bajado a 31.000 y, si se cumplen las previsiones, la cifra caerá a final de año un poco más, hasta rozar las 30.000. 

El cierre de oficinas ha conllevado una más que significativa pérdida en el número de empleados, se ha pasado de 278.000 a 202.000, en cifras redondas; lo que supone un recorte en las plantillas cercano al 30%.

Los que hemos conservado el empleo hemos visto rebajados nuestros derechos laborales, además de tener que luchar por nuestros salarios, horarios y otras condiciones. Este año, y tras mucho negociar, se aprobaron nuestros Convenios, que establecen las líneas rojas que nuestras empresas no deben traspasar.

A todo esto hay que añadir otro factor que debemos de tener en cuenta: que en los próximos meses, seguramente en el siguiente ejercicio 2017, habrá nuevas fusiones entre entidades, lo que podría conllevar nuevos efectos negativos sobre el personal de nuestro sector.

La crisis nos ha vapuleado como a los que más. Y mientras los empleados hemos ofrecido el mejor servicio a los clientes, adaptándonos a la situación, dando lo mejor de nosotros mismos, haciendo frente incluso a críticas ajenas a nuestra responsabilidad; los directivos, por su parte,  en algunos casos, han aprovechado el momento para engordar sus bolsillos. 

Este lunes han comenzado los interrogatorios a 23 ex consejeros y directivos de la antigua Bancaja por la concesión de créditos dudosos. Y, por otro lado, según publica Voz Populi, Bankia “daba información ‘engañosa’ a la CNMV a sabiendas del Banco de España”.