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Terminamos 2016 con actividad dentro de la banca. La última ficha se ha movido en el entorno de Banco Popular. Emilio Saracho, próximo presidente de la entidad, ha dejado este jueves oficialmente el banco JP Morgan tras 25 años en la entidad estadounidense. Saracho era hasta ahora vicepresidente del banco americano y el español que más alto ha llegado en el mundo de la banca de inversión internacional.

El próximo reto de Saracho, será tomar las riendas de Banco Popular, uno de los mayores bancos españoles que atraviesa problemas financieros y que ha perdido la confianza de los inversores. Saracho será nombrado presidente el próximo mes de febrero, cuando se celebre la junta general de accionistas del banco español.

También hemos conocido estos días que Ibercaja ha reembolsado al Estado 163 millones de euros de las ayudas que el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB) inyectó a Caja 3, entidad formada por las cajas Inmaculada (CAI), Círculo y de Badajoz y que el grupo presidido por Amado Franco absorbió en 2012. Después de esta operación, le quedan por reintegrar 224 millones, el 55% del total, antes de diciembre del próximo año.

Por otra parte, parece que la recompra de la inmobiliaria Altamira se atasca. Tras meses de tiras y aflojas, Banco Santander y Apollo han decidido romper negociaciones sobre el posible traspaso del 85% que el fondo norteamericano tiene en la inmobiliaria. El motivo ha sido el precio. Apollo no baja de los 1.000 millones, mientras que la propuesta informal de Santander rondaría los 800 millones, según apuntan distintas fuentes financieras. La intención de Santander era recomprarla para crear una firma de gestión de inmuebles líder a nivel mundial. Salvo cambios de última hora, todo apunta a que la estructura de capital de Altamira seguirá como hasta ahora, con un 85% en manos de Apollo y un 15% controlado por Santander.

Y concluimos con novedades en el ámbito de los medios de pago. Los consejos de Servired, 4B y Euro 6000 han dado el sí definitivo a su fusión, tras meses de negociaciones. Las tres redes de cajeros automáticos y de tarjetas de crédito se unificarán en un solo sistema de pago para toda la banca. La operación debería suponer la supresión de comisiones y comportará un recorte del 35% de la plantilla de las tres empresas fuisionadas a través de fórmulas como prejubilaciones para suavizar el impacto social, según han indicado fuentes próximas a la negociación.

Se prevé que la nueva sociedad empiece su andadura a partir del primer trimestre del 2017 y que se convierta en uno de los principales sistemas de pago de Europa. La unificación de las redes de cajeros y de tarjetas se produce después de un primer intento fallido de fusión entre las dos principales operadoras del sector, Servired y 4B, llevado a cabo hace ocho años.