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NCG afronta en solitario la huelga convocada incialmente también por las entidades nacionalizadas de Bankia y Banco de Valencia

Miércoles, 6 de febrero de 2013  
NCG afronta en solitario la huelga convocada incialmente también por las entidades nacionalizadas de Bankia y Banco de Valencia

Huelga General en Novagalicia Banco


MANIFIESTO 6 de febrero
Hoy es un día histórico en el sector financiero. Desde el año 1980, no estábamos llamados una jornada de huelga, y los datos que tenemos en estos momentos corroboran que el seguimiento por parte del personal fue masivo. La huelga del día 6 de febrero en las Entidades Nacionalizadas es un éxito rotundo. Los cuadros de personal pasamos de la resignación a la resistencia, no podremos ser vencidos.

Después de la manifestación que celebramos el día 12 en Santiago, en la que la sociedad gallega rechazó unánimemente la destrucción de su caja de ahorros, hoy somos los cuadros de personal de las Entidades nacionalizadas, NCG Banco y Bankia, los que rechazamos una agresión más, injustificada e injustificable, que pretenden que culmine este expolio que estamos viviendo.

¿Qué razones justifican esta ansia por destruir lo que funciona? ¿Por qué insisten en demoler lo que es rentable? La ciudadanía asumirá las consecuencias de un rescate bancario que supone la conversión de la deuda privada en pública, fruto de una mala gestión; la clientela con deuda subordinada asumirá una quita injusta en sus ahorros; desaparecerá la Obra Social; pretenden que millares de personas inocentes pierdan su puesto de trabajo; el tejido productivo sufrirá la desaparición de unas entidades que lideraron el crédito a las pequeñas y medianas empresas. De todo esto solo habrá unos beneficiarios: los buitres que reclaman cadáveres.

Durante décadas, las cajas de ahorros dieron servicio a la sociedad, canalizando el ahorro hacia la inversión en sectores productivos estratégicos. Ese es el fin fundamental de las cajas de ahorros, entendidas como una "banca social": poner a trabajar el ahorro acumulado durante años, siglos, para mejorar el nivel de vida de la ciudadanía. Fue la gestión privatizadora y la bancarización lo que las llevó a la situación actual; cambiaron el modelo haciendo de las cajas lo que nunca debieron ser.

Ese es el mensaje que queremos trasladar hoy aquí: una banca social vinculada a los territorios es imprescindible para el desarrollo de nuestro entorno y para evitar la exclusión financiera de territorios y personas por criterios de rentabilidad.

Esa banca social, próxima a las personas, sólo es posible con redes de oficinas y personal que pueda hacerse cargo de ella. Por ello no entendemos ni compartimos, sino que rechazamos, los planes de reestructuración y reprivatización elaborados por estos equipos directivos y aprobados por el Banco de España, Gobierno Central y Comisión Europea.

Rechazamos y exigimos la retirada de estos planes, porque no están basados más que en el cierre de oficinas, la destrucción de puestos de trabajo y el deterioro del servicio a la clientela. Los equipos directivos de estas Entidades, salvo contadas excepciones, pretenden ponerse a salvo del chaparrón, siguen siendo los mismos y pretenden seguir con sus nefastos modelos de gestión y con las agresivas políticas comerciales; así que no tenemos ninguna duda de que, cuando hablan de recortes de personal, están hablando del personal de primera fila, del personal que atendemos cada día a las personas que demandan nuestros servicios.

Y sobre todo, rechazamos la falta de diálogo y de espíritu negociador con que se están abordando estos procesos, lo que no nos deja otro remedio que la convocatoria de una jornada de huelga en las Entidades nacionalizadas, que está siendo un éxito rotundo. Al amparo de la antisocial e injusta reforma laboral de 2012 pretenden imponer verdaderas barbaridades, sin ánimo de conseguir acuerdos y poniendo nuevamente en peligro la viabilidad de las entidades.

No somos los cuadros de personal los que debemos sufrir las consecuencias de una nefasta gestión por parte de las Direcciones, ni las consecuencias de unas políticas económicas basadas en continuos recortes que agravan la recesión y por lo tanto dificultan la situación de las Entidades. Cuando la ausencia de responsabilidades es total por unos y otros, cuando la herida de las preferentes y de las millonarias indemnizaciones de los directivos está sin cicatrizar, abren irresponsablemente otra frente, pretendiendo masacrar trabajadores y trabajadoras indiscriminadamente, y eso no podemos permitirlo.

Tenemos alternativas: proponemos medidas de flexibilidad interna, que queremos negociar y que impidan la destrucción masiva de empleo, este país no se puede permitir ni un parado más. Hay que hablar de crear empleo, no de seguir despidiendo.

Es por eso que frente a planes de despidos, sobre todo queremos acuerdos de empleo, que garanticen la protección y no la destrucción de lo que, como trabajadores y trabajadoras, tenemos: nuestros puestos de trabajo.