Tras el verano, la economía de la eurozona, en general, y la de España, en particular, miran con incertidumbre el futuro.
El sector financiero se encuentra a niveles bursátiles de 2012, llegando a perder hasta un 30% de su valor.
Los analistas coinciden en que la política liderada por Mario Draghi en el Banco Central Europeo no está ayudando al crecimiento de las entidades financieras; todo lo contrario, está desestabilizando la banca y el sistema financiero europeo lo que, alertan, puede ser el preludio de crisis económica.
Según recoge The Wall Street Journal, el BCE podría estar comprándose bonos a sí mismo. Así lo apuntan los expertos de la consultora Jefferies que indican que el Banco Central Europeo termina comprándose bonos a sí mismo, indirectamente, a través de los diferentes bancos centrales nacionales.
Esta semana, el próximo jueves, el Consejo de Gobierno del BCE celebrará una nueva reunión de política monetaria en la que podrían dar algunas pistas sobre los próximos pasos que dará la institución.
Exigencias del BCE. Si bien los seis grandes bancos españoles aprobaron los test de estrés, tan sólo Bankia superó la prueba en el peor escenario posible planteado por el BCE. Para el próximo ejercicio, el del 2017, el Banco Central Europeo tendrá en cuenta los resultados de estos exámenes y en función de ello establecerá sus exigencias de capital para las entidades financieras.
Revés para CaixaBank y BPI. La entidad española se está pensando retirar su oferta por la lusa, dados los inconvenientes que está encontrando para su adquisición. Antes del verano se daba prácticamente por hecha la operación, pero, ahora, tras la admisión de la suspensión cautelar solicitada por Violas Ferreria Financial, propietario del 2´6% del capital, contra los cambios propuestos por el consejo de administración para quitar la limitación de voto que impedía a CaixaBank mandar en la gestión de BPI, el banco que preside Fainé está reflexionando si continuar adelante o no con el proceso.