Semana maratoniana la que se está viviendo en Abanca. La víspera de Nochebuena Abanca y sindicatos estuvieron negociando durante horas para intentar conseguir un acuerdo ante los cambios de las condiciones laborales que demanda la empresa para ahorrar más de 16 millones de euros de gasto. Pero todo quedó en punto muerto. El límite del plazo se agotó sin pacto de por medio. Aunque en un principio Abanca había transmitido a la plantilla que no estaba dispuesta a alargarlo, finalmente ambas partes volverán a reunirse hoy para intentarlo. De lo contrario, parece ser que el banco está dispuesto a llevar a cabo las reducciones de jornada y las extinciones de contrato previstas en el anterior expediente de regulación de empleo (ERE).
Desde CSICA confiamos en que las medidas propuestas se suavicen, que se renuncie a los despidos forzosos y que haya un consenso en cuanto al horario. Abanca considera estas propuestas "un paso atrás", aunque se muestra dispuesta a renunciar a las extinciones de contrato si hay acuerdo.
Por otra parte, el sindicato ALE, federado en CSICA, se postula como una alternativa fuerte tras la celebración de las elecciones sindicales en Kutxabank. Los resultados obtenidos son muy positivos. ALE ha mejorado su representatividad con respecto a las elecciones celebradas en 2010, consiguiendo 9 delegados, uno más que en esa fecha. De este modo, ALE gana posiciones desbancando al resto de sindicatos. CCOO y Pixkanaka Kaskari, pasan de tener una representatividad de un 64% de la plantilla a tener apenas un 53%.
En cuanto a Catalunya Banc, esta semana conocíamos que los peritos no sólo ven malas prácticas bancarias en Bankia. Parece ser que en el informe que ha enviado el FROB a la Fiscalía se señala que en la etapa de Narcís Serra se gestionó una cartera de hipotecas de 7.000 millones con absoluto descontrol. El grueso del estudio centra los problemas entre 2005 y 2011 con Serra al frente de Caixa Catalunya primero y de Catalunya Caixa después tras integrar otras cajas catalanas. En total, el Estado ha perdido cerca de 12.000 millones, por lo que es proporcionalmente mayor que el agujero de Bankia donde, a diferencia del grupo de cajas catalanas, aún hay esperanza en el Gobierno de recuperar los 22.000 millones de ayudas.
En el ámbito puramente financiero hemos conocido que la actividad de la banca en su negocio doméstico no está aún exento de problemas. La rentabilidad que obtienen por los créditos continúa en descenso, hasta marcar en el tercer trimestre de este año el porcentaje más bajo de la serie histórica registrada por el Banco de España, que se remonta hasta el año 1971. La causa no es otra que los tipos de interés históricamente bajos de la eurozona, que estrechan el margen que las entidades pueden obtener con sus préstamos. Esta caída se explica por la reducción de sus carteras crediticias, ya que los nuevos préstamos, aunque alcanzan volúmenes mayores a los del año pasado, aún son insuficientes para hacer crecer la cartera total, ya que amortizaciones y traspaso a fallidos aún suponen un volumen mayor que las concesiones.