El Banco de España ha realizado los primeros cálculos sobre el impacto de las inundaciones en Valencia. La institución ha calculado una exposición de la banca española a la catástrofe de 20.000 millones de euros, según ha explicado este martes Ángel Estrada, director general de Estabilidad Financiera, en la presentación del informe de Estabilidad Financiera de la entidad. No obstante, la institución aún no cuenta con cálculos sobre cuál será el impacto final sobre las entidades.
De acuerdo a los datos aportados, están potencialmente afectados por la dana 13.000 millones en préstamos a hogares y otros 7.200 millones a empresas. Igualmente, se han identificado 23.000 empresas afectadas y a 472.000 créditos, con 150.000 titulares de hipotecas en los municipios impactados. La institución indica que están en conversación constante con las empresas de gestión de efectivo para blindar también su presencia en las zonas.
Con todo, el Banco de España matiza que el impacto final y a cuántos ciudadanos y empresas estarán finalmente afectados dependerá, entre otros factores, de las medidas de protección que esperan que ponga en marcha el Gobierno próximamente. Entre otras, destaca la moratoria hipotecaria acordada para los próximos tres meses, así como las ayudas directas a los afectados o la puesta en marcha de los ERTE. “Es un shock no sistémico para el sistema bancario, que puede absorber. Ahora la prioridad es recuperar la actividad económica y que no se genere histéresis [un shock económico que se prolonga en el tiempo]. Lo normal es que la primera línea de absorción de pérdidas la constituya el Consorcio de Compensación de Seguros, después habrá medidas para absorber las pérdidas y para proteger las rentas”. ha afirmado.
En este sentido, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha detallado un primer paquete de ayudas para los afectados por la dana. en el flanco financiero, ha anunciado una moratoria de tres meses del principal y los intereses de hipotecas y créditos al consumo y de nueve de los intereses. También ha anunciado una línea de créditos ICO a empresas y hogares por 5.000 millones. En una nota de prensa, el Banco de España ha respaldado la adopción de estas medidas. Apunta a adoptar un modelo análogo al de la pandemia, que no suponga que las medidas supongan una reclasificación de los créditos.
Estrada se ha referido igualmente a los análisis de los riesgos climáticos que han desarrollado tanto el Banco de España como el Banco Central Europeo. Por un lado, ambas instituciones han calculado el riesgo de transición; es decir, de las medidas necesarias para evitar que la temperatura del planeta suba más de dos grados, cuyo coste se compensa por evitar riesgos físicos. Para ello, los supervisores han elevado recomendaciones a las entidades financieras y han llevado a cabo test de estrés sobre este proceso de transición. El foco, ha explicado Estrada, ha virado hacia los riesgos físicos, al constatar que el proceso de cambio climático es más rápido de lo esperado. Destaca, en este aspecto, que carecen de ejemplos para calcular los impactos potenciales de debacles climáticas y que sus trabajos hasta ahora se han centrado en los efectos de la sequía.
El Banco de España reconoce que las inundaciones en Valencia han superado las previsiones de la propia institución. Y que su efecto servirá para ajustar sus modelos, para pensar adicionalmente en la mitigación de los riesgos físicos por el cambio climático. En 2022, el Banco Central Europeo (BCE) realizó los primeros test climáticos y calculó que las entidades se juegan 70.000 euros en pérdidas en una crisis climática. El supervisor amenaza con multas a los bancos que no cumplan en este aspecto.
Paralelamente, el informe sobre estabilidad financiera presentado este martes, con respecto al riesgo climático de los bancos, recoge la posibilidad de que los reguladores bancarios introduzcan colchones de capital anticíclico para cubrir la exposición a este tipo de riesgos. Comenta igualmente la dificultar de aislar este riesgo frente a otros para calcular estos colchones de capital regulatorios. En este aspecto, Estrada recuerda que desde el año pasado los bancos publican su riesgo climático.